jueves, 31 de marzo de 2011

Semana Santa de Cartagena: Saetas de García Lorca, e imágenes de Cristo en Cartagena


LA SAETA, EN POEMAS DE FEDERICO GARCÍA LORCA
Cristo de los Mineros y sus portapasos, Procesión del Silencio

SAETA DE LOS ARQUEROS

Los arqueros oscuros
a Sevilla se acercan.
Cristo de la Agonía, Viernes Santo

Guadalquivir abierto.

Anchos sombrero grises,
largas capas lentas.
Soledad del Consuelo, Poetas y Toreros, Cristo del Socorro

¡Ay, Guadalquivir!

Vienen de los remotos
países de la pena.

Guadalquivir abierto.
El Santo Sepulcro

Y van a un laberinto.
Amor, cristal y piedra.
¡Ay, Guadalquivir!

SAETA DE BALCÓN
La Piedad y sus portapasos a la salida de Santa María

La Lola
canta saetas.
Cristo de la Agonía

Los toreritos
la rodean,
y el barberillo
desde su puerta,
Cristo de la Coronación de Espinas

sigue los ritmos
con la cabeza.
Entre la albahaca
y la hierbabuena,
la Lola canta
saetas.
Virgen del Primer Dolor

La Lola aquella,
que se miraba
tanto en la alberca.

SAETA DE MADRUGADA
El Encuentro

Pero como el amor
los saeteros
están ciegos.
Cristo de la Caída

Sobre la noche verde,
las saetas,
dejan rastros de lirio
caliente.
Cristo de la Condena

La quilla de la luna
rompe nubes moradas
y las aljabas
se llenan de rocío.
Cristo de Medinaceli

¡Ay, pero como el amor
los saeteros
están ciegos!
Cristo de la Verónica

SAETA DE LA NOCHE
Cristo de la Piedad

Cirio, candil,
farol y luciérnaga.
Cristo del Expolio

La constelación
de la saeta.
Cristo de la Lanzada

Ventanitas de oro
tiemblan,
y en la aurora se mecen
cruces superpuestas.
Cristo de las Negaciones de San Pedro

Cirio, candil,
farol y luciérnaga.
Cristo de la Sentencia
  
SAETA DEL PASO
Capirotes de la Virgen del Primer Dolor

Virgen con miriñaque,
virgen de la Soledad,
abierta como un inmenso
tulipán.
Cristo del Santo Entierro

En tu barco de luces
vas
por la alta marea
de la ciudad,
Cristo de la Misericordia

entre saetas turbias
y estrellas de cristal.
Cristo de la Agrupación de María Magdalena, resucitados

Virgen con miriñaque
tú vas
por el río de la calle,
!hasta el mar!
Cristo de la Agrupación de Santo Tomás, resucitados

SAETA A LA PROCESIÓN
Penitente de la Procesión del Silencio

Por la calleja vienen
extraños unicornios.
Recogida del Cristo del Socorro, 1985

¿De qué campo,
de qué bosque mitológico?
Más cerca,
ya parecen astrónomos.
Virgen de la Soledad del Consuelo, entrada a St. Mª la Mayor, 1985

Fantásticos Merlines
y el Ecce Homo,
Durandarte encantado.
Trono de La Verónica, a la espera del Encuentro, Viernes Santo de madrugada

Orlando furioso.

SAETA SOBRE UNA SAETA
Cristo del Socorro en la improvisada carpa, de espera penitencial

Cristo moreno
pasa
de lirio de Judea
a clavel de España.
Cristo de los Mineros, espera en Santa María, la salida de la Procesión del Silencio

¡Miradlo, por dónde viene!
Cristo del Descendimiento, Viernes Santo

De España.
Cielo limpio y oscuro,
tierra tostada,
Cristo de la Caída, Procesión del Encuentro

y cauces donde corre
muy lenta el agua.
Cristo del Socorro, Altar Mayor de  Santo Domingo

Cristo moreno,
con las guedejas quemadas,
los pómulos salientes
y las pupilas blancas.
Cristo del Socorro en Procesión

¡Miradlo, por dónde va!
Capilla California, Cristo de los Mineros
  

Semana Santa de Cartagena: La Flagelación, en una visión gráfica de Cayuela


Semana Santa de Cartagena: La Flagelación de Cristo, Californios
Espectacular detalle del Cristo de la Flagelación, Californios
… Y ATADO A LA COLUMNA,
JESÚS FUE  FLAGELADO



Saetas A la Flagelación
De María del Pilar Jiménez Morales

Por la calle de la amargura
Pidió Cristo de beber
Y los judíos le dieron
Vino mezclao con hiel.


Después del prendimiento de Jesús en el Huerto, lo llevaron a casa del Sumo Sacerdote; Pedro y otro discípulo lo fueron siguiendo, y se quedaron en el atrio. 


Allí empezó el proceso religioso contra Jesús, que lo condenó a muerte, por reconocer que era el Mesías de Israel y por confesar que era verdadero Hijo de Dios.

Las autoridades judías no podían por sí mismas ejecutar esa sentencia; por eso, cuando amaneció, llevaron a Jesús ante el procurador romano y se lo entregaron. Pilato, al saber que Jesús era Galileo y por tanto súbdito de Herodes, se lo remitió; pero éste, después de mofarse de Jesús, se lo devolvió. El relato de San Lucas nos dice que Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo, y les dijo:
Cristo de la Flagelación, Californios -


 «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis. 
Sudario y Tercio del Cristo de la Flagelación, Californios -



Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte. Así que le castigaré y le soltaré». Toda la muchedumbre se puso a gritar a una: 
Capirotes del Cristo de la Flagelación, Californios 


«¡Fuera ése, suéltanos a Barrabás!» Éste había sido encarcelado por un motín que hubo en la ciudad y por asesinato. Pilato les habló de nuevo, intentando librar a Jesús, pero ellos seguían gritando: 
Cristo de la Flagelación, Californios 


«¡Crucifícale, crucifícale!» Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho éste? No encuentro en él ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré». 
Cristo de la Flagelación, Californios 


Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes. Finalmente, Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás, condenó a Jesús, mandó azotarle y lo entregó para que fuera crucificado.
Cristo de la Flagelación, Californios 
Aunque los Evangelios no lo refieran expresamente, María, además de las referencias que le darían las personas allegadas, pudo ver a su Hijo, maltrecho y desfigurado, en alguno de sus traslados de unas a otras autoridades, y cuando Pilato lo presentó ante la muchedumbre, y cuando ésta gritó que lo crucificara... 
Cristo de la Flagelación, Californios -
Tuvo que oír a Pilato que lo iba a castigar, que lo entregaba para que lo azotaran..., y luego ver en qué había quedado el hijo de sus entrañas. Sin duda, la espada de la que le había hablado el anciano Simeón, le iba atravesando el alma.
Cristo de la Flagelación, Californios -

martes, 29 de marzo de 2011

SEMANA SANTA DE CARTAGENA, LA NOCHE DEL ECCE HOMO


Cristo, Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios


En el Evangelio según san Juan, después de la flagelación, Pilatos, presenta a Jesús al gentío y exclama: “¡He aquí al hombre (Ecce Homo)!”
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios
 Tras su detención, Jesús fue llevado al palacio del sumo sacerdote Caifás (según el Evangelio de Juan, fue llevado primero a casa de Anás, suegro de Caifás). 
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

Allí fue juzgado ante el Sanedrín. Se presentaron falsos testigos, pero como sus testimonios no coincidían no fueron aceptados.
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

Finalmente, Caifás preguntó directamente a Jesús si era el Mesías, y Jesús dijo: "Tú lo has dicho". 
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras ante lo que consideraba una blasfemia. Los miembros del Sanedrín escarnecieron cruelmente a Jesús.
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

En el Evangelio de Juan, Jesús fue llevado primero ante Anás y luego ante Caifás. Solo se detalla el interrogatorio ante Anás, bastante diferente del que aparece en los sinópticos.
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

Pedro, que había seguido a Jesús en secreto tras su detención, se encontraba oculto entre los sirvientes del sumo sacerdote.
Penitente del Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

 Reconocido como discípulo de Jesús por los sirvientes, le negó tres veces como Jesús le había profetizado.
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

A la mañana siguiente, Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, el procurador romano. Tras interrogarle, Pilato no le halló culpable, y pidió a la muchedumbre que eligiera entre liberar a Jesús o a un conocido bandido, llamado Barrabás.
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

La multitud, persuadida por los príncipes de los sacerdotes, pidió que se liberase a Barrabás, y que Jesús fuese crucificado. 
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

Pilato se lavó simbólicamente las manos para expresar su inocencia de la muerte de Jesús.

CANCIÓN DE LA MUERTE PEQUEÑA, DE FEDERICO GARCÍA LORCA
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

Prado mortal de lunas
y sangre bajo tierra.
Prado de sangre vieja.

Luz de ayer y mañana.
Cielo mortal de hierba.
Luz y noche de arena.
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

Me encontré con la muerte.
Prado mortal de tierra.
Una muerte pequeña.
Agrupación del Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

El perro en el tejado.
Sola mi mano izquierda
atravesaba montes sin fin
de flores secas.
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

Catedral de ceniza.
Luz y noche de arena.
Una muerte pequeña.

Una muerte y yo un hombre.
Un hombre solo, y ella
una muerte pequeña.
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

Prado mortal de luna.
La nieve gime y tiembla
por detrás de la puerta.

Un hombre, ¿y qué? Lo dicho.
Un hombre solo y ella.
Prado, amor, luz y arena.
Ecce Homo, Procesión del Silencio, Californios

VARIACIONES SOBRE UN TEMA: BENDITO ECCE HOMO