viernes, 7 de noviembre de 2014

Si uno mismo no es capaz de defender sus crencias y tradiciones que nadie espere a que venga un extraño a defenderlas

Un Hereje no es el que arde en la hoguera. 
El Hereje es el que la enciende.
William Shakespeare

Las desigualdades azotan sin piedad a la civilización actual; la imparable pérdida de valores tan elementales como la amistad desinteresada, el compañerismo sin fisuras, la solidaridad asumida para ser dada a quien la necesite, aunque te suponga unos trabajos y esfuerzos desconocidos.

Las angustias son muchas y las satisfacciones muy pocas o tremendamente penosas.

Vivimos en un imaginario, vacío y solitario mundo “social globalizado” con miles de “amigos tras la pantalla” pero tan desconocidos y volátiles que a veces ni existen en el mundo real, y si llegamos a conocerlos alguna vez, corremos el riesgo de que no se parezcan en nada a lo que decían de si mismos y aparentaban a través de “sus perfiles” en ese mundo tan enormemente fantasioso y falso de internet; se llame como se llame la plataforma elegida para “vivir” tan acompañadamente solitarios.

Muchos experimentan un fuerte complejo si es “creyente” pero el círculo en el que está no lo es; se agobian por si los miran como a una antigualla por declararse “creyente” y es indudable que en amplios sectores de la cultura y la política “está mal visto” (solo si eres cristiano, si eres musulmán no se atreverá nadie ni a mirarte a los ojos) decir que eres cristiano y mucho peor si eres católico es “como que no se lleva”.

Estamos en una época mala para ser sincero y peor `para tratar de ser “valientemente consecuente con tus ideas” sean estas las que sean.

No tengo ni la menor duda de que España necesita un cambio radical, muchas instituciones están agusanadas hasta las tripas más ocultas, pero esto no quiere decir que yo esté dispuesto a que se le pegue fuego a todo, de eso nada.

Creo y por tanto quiero, una sacudida enérgica que remueva cimientos a mansalva, pero no cierro los ojos ni me engaño que eso puede dar alas a ciertos grupos que como en todas las revoluciones pasadas y seguramente futuras, se aprovechen de que el agua se puede guardar en botellas y terminen prohibiendo los botijos… de eso nada de nada. Está claro, no me voy a esconder de nada a pesar de estar dispuesto a discutirlo todo, y todo es todo.

Este Grupo en Defensa de la Semana Santa De Cartagena, lo cree el día en el que vi la violencia de unos y el pasotismo de otros, mucha gente dispuesta a acabar con tradiciones centenarias por el simple motivo de no comprenderlas, de no estar de acuerdo o precisamente por estar demasiado borrachos o drogados… o ser unos putos radicales carentes de aceptar nada que se salga de su “Credo o Parecer Momentáneo” que esa es otra cuestión; tal cual.

No busco complicidades, no busco apoyos ni ayudas, aunque está claro que reconforta saber que uno no está solo para no tener la sensación de que el resto del piquete marca un paso y yo voy con el otro pie…

Grupo en Defensa de la Semana Santa De Cartagena, no es una página especialmente activa puesto que dispongo de otras páginas y blogs que hacen un trabajo más continuado, pero este está muy definido: No pienso agachar la cabeza para que me apuntillen sin rechistar; vienen tiempos duros pero algunos estaremos defendiendo la libertad en todos los aspectos, también en el religioso, el cultural y el de las tradiciones…

Quien no ama a su tierra, ni defiende sus tradiciones, está condenado a caminar desnudo por las calles de la historia. 
José María Navarro Cayuela, 2003

Salud y Libertad